Tiempo atrás los medios por excelencia para que las marcas se dieran a conocer eran la televisión, la radio, revistas y periódicos, pero todo cambió a partir de la llegada de internet. Es así que poco a poco los medios tradicionales fueron desplazados dejando paso a diferentes plataformas de marketing para las empresas. Con la llegada de más canales de difusión se fue expandiendo la forma en que un mensaje llega a las masas, volviéndolo más rápido y más certero. Y, en este ecosistema, es indudable que los influencers forman parte de la nueva era de la propaganda.
Influencers y su alcance
Quien piense que no son lo suficientemente inteligentes para ser embajadores de diferentes causas, no está entendiendo el alcance real que tienen los influencers. Queridos por muchos, odiados por otros tantos e indiferentes para casi nadie, han tomado las riendas en cuanto a la promoción y publicidad de las marcas en México y alrededor del mundo. Lejanos se ven los tiempos en que apareció YouTube y nadie apostaba por la plataforma para promocionarse: 17 años después sigue siendo uno de los principales canales para la publicidad.
En estos tiempos, las redes sociales son terreno fértil para los influencers y son el lugar perfecto para potenciar su mensaje, que así puede llegar a millones de personas. De acuerdo con datos de Statista (2021), “Facebook fue la segunda plataforma más usada por los mexicanos, con 93% de los usuarios a inicios de 2022. Instagram, Tik Tok y Twitter también están entre las más usadas”. Este dato es sumamente importante en un país con una población mayoritariamente joven.
“Si bien son gente distraída, no son tontos. Es gente que aprovecha el sistema. Los medios están enloquecidos tratando de copiar el fenómeno de los influencers y no entienden el motivo detrás, las razones por las que funcionan”, platica Ophelia Pastrana a Ronin PR.
Incluso el mensaje más inverosímil o sencillo puede alcanzar niveles de viralidad que muchos conglomerados de medios, canales de televisión, la mejor revista o el mayor periodico del país, quisieran tener. Así como pueden ser virales con alguna cosa sin sentido, pueden ser los embajadores de la ciencia, la tecnología o incluso las matemáticas. Todo está relacionado con la campaña con la que se midan.
“En internet no hay fronteras, no hay barreras. Si públicas algo en español ahorita, lo van a leer en Chile, Colombia, Bolivia… Las barreras en internet, por ahora –aunque eso puede cambiar cuando llegue la traducción en tiempo real– son los idiomas”, comparte Pastrana.
El valor para una marca
Lo que busca la gente en redes sociales, incluyendo por supuesto en YouTube, es una marca para identificarse a través de una persona que es igual a ellos. De ahí que millones sigan a Yuya, a Luisito Comunica (111 mil 128 millones de visitas a sus canales), que son aún los reyes de los influencers en el país. El culto a la persona poco a poco fue ganando más fuerza mostrando que ahora en YouTube, y en prácticamente todas las plataformas de comunicación, el show lo hace la persona.
“Esta gente lleva 10 años haciendo contenido; hay gente que dice ‘soy generación Yuya’, ya crecieron con ella. Es como el chiste de que en los 80 todos querían ser DJ, ahora todo mundo quiere ser youtuber”, señala la influencer.
Con ese rango de margen es posible que cada marca encuentre al influencer que mejor se adapte a su mensaje, ya que de igual forma existen medios especializados, una oferta segmentada para todo tipo de gustos y aficiones. En palabras de Ophelia Pastrana, “actualmente ya hay más generadores de contenido en internet que vienen de la profesionalidad: Estudios o carreras de producción. Pero por casi 10 años [los medios] le dejaron el pastel a una bola de chamacos. Entrabas a YouTube y veías solo los chavos, porque Televisa no quería estar”.
Es quizá para las marcas, empresas o startups con base tecnológica, en las que la sinergia de trabajar con los influencers puede ser la diferencia para impactar más a las personas con soluciones que están cambiando al mundo. Muchas veces sus hallazgos son tan vitales, pero al mismo tiempo difíciles de compartir, que los “techfluencers” se convierten en la clave de acceso para más personas.
El cambio generacional en las redes sociales se sigue gestando día a día con la llegada de nuevas plataformas o nuevos rostros cada vez más frescos, dinámicos y con mayor alcance en las audiencias. Es tarea de las marcas, sea cual sea el producto, la invención o el ramo de negocio, entender a estos influencers y sacarles el mayor provecho posible. A estas alturas no es momento de voltear hacia otro lado y seguir perdiendo esa mención que proviene de la nueva sensación juvenil que siguen las masas.
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