A paso lento, el mundo regresa a una aparente normalidad no sin haber experimentado cambios que quizá permanezcan definitivamente. Durante los últimos dos años, la digitalización se volvió parte fundamental de nuestra vida diaria y el sector laboral fue uno de los más impactados. Las empresas tuvieron que adaptar sus estructuras y sus procesos para una realidad donde el trabajo remoto o híbrido se convirtió en una realidad que posiblemente llegó para quedarse.
Estos nuevos esquemas de trabajo generaron una relación de amor y odio tanto para las empresas como para sus colaboradores. Las primeras tuvieron que invertir recursos económicos y humanos para que su desempeño no se viera afectado por el trabajo remoto, aunque también encontraron beneficios como no depender de un lugar físico que albergara a las personas. Los segundos tuvieron que recurrir a todas sus habilidades para aprender a desempeñarse a distancia sin comprometer su rendimiento al mismo tiempo que lidiaban con otras actividades dentro del hogar y el estrés del aislamiento.
El amor al trabajo remoto
El amor por el trabajo remoto se dio prácticamente de la noche a la mañana. De acuerdo con la encuesta Modelos híbridos de trabajo, una nueva estrategia en los negocios de PwC, casi una quinta parte (19%) de los empleados desearía trabajar totalmente de forma remota, incluso si el COVID-19 ya no fuera una preocupación sanitaria. Un porcentaje casi igual (22%) preferiría estar la mayor parte del tiempo en la oficina (solo 1 día a la semana en home office), mientras que tres de cada 10 encuestados (37%) estaría de acuerdo con un modelo híbrido de trabajo, con algunos días en la oficina y otros a distancia.
En ese sentido, según la encuesta sobre el impacto generado por la COVID-19 en las empresas (ECOVID-IE), publicada por el INEGI y presentada por PwC, 30.4% de las grandes empresas piensa mantener el teletrabajo o home office como una opción en su esquema laboral.
Trabajo remoto, el futuro ya está aquí
Es evidente el debate que ha generado el esquema de trabajo remoto e híbrido. Por un lado muchas empresas buscan reabrir sus oficinas mientras que por el otro, a pesar de los retos que representa, los colaboradores prefieren quedarse en casa. Este estira y afloja entre ambas partes parece que se mantendrá al menos este año; pero lo que sí es un hecho, son los cambios profundos que el sector laboral ya experimenta.
En la visión de Pepe Villatoro, Regional Head of Expansion de Deel, las innovaciones en la tecnología facilitan el trabajo remoto. Tanto para las empresas como para los colaboradores, encontrar y buscar trabajo ya no se delimita por la geografía, ya que ahora se puede acceder a un empleo y a un talento en casi cualquier parte del mundo. El talento internacional puede aportar diversidad cultural, nuevos idiomas y nuevas perspectivas para todos y ayudan a las organizaciones a expandirse, proporcionando la información necesaria de primera mano sobre los mercados objetivo e impulsando la expansión internacional.
“Hablamos de crear una cultura laboral que fomente el desarrollo profesional y la colaboración remota sin asperezas, sin obstáculos. El trabajo remoto exige habilidades específicas, así como constante formación y desarrollo; pero, sobre todo, es necesario tener una gestión sin falla, que permita que cada quien haga lo suyo y sepa que los demás también lo están haciendo”, considera Pepe Villatoro.
Todo parece indicar que el amor al trabajo remoto seguirá ganando preferencia entre las empresas, pero más entre los colaboradores. Con los avances tecnológicos que no descansan y que día a día modifican nuestro entorno, el sector laboral ya no volverá a ser lo que era antes de la pandemia e incluso seguirá volviéndose más flexible y accesible para más personas, que por supuesto, también se adapten a esta nueva realidad.
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