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Serendipia, cómo la innovación y la fortuna han creado a gigantes tecnológicos

Updated: Jan 14, 2022



Cuando se inicia una empresa, se busca tener muy en claro cuál será el objetivo de la misma, a qué público irá dirigido el producto o servicio y las metas que buscará alcanzar en sus primeros años de vida. Se trata en realidad de definir con claridad qué es lo que se busca crear para de ahí ir desarrollando procesos y mejorándolos en el camino. Muchos de los emprendedores o grandes empresarios saben que la idea muchas veces puede resultar muy diferente en la realidad, y que lo que se tenía pensado (e incluso desarrollado) en un principio suele resultar algo completamente diferente e incluso mucho mejor que la idea original. Eso tiene un nombre: Serendipia.


Según el artículo “Las serendipias de la transformación digital”, publicado por Microsoft, una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando una cosa distinta. Esto es común cuando hablamos de la transformación digital. Existen muchos ejemplos de lo que es la serendipia, los más conocidos son el caso de la penicilina o de la Coca Cola. El proceso de búsqueda de cada uno de ellos se pensó para un fin determinado y terminaron siendo algo más, superior del fin para el que se buscaba su existencia.


Así se ve la serendipia

En la actualidad existen varios ejemplos de cómo la serendipia ha creado a uno o más gigantes tecnológicos, o al menos ha llevado a sus creadores a desarrollar diversas tecnologías que originalmente no estaban pensadas para ser así. Quizá el ejemplo más destacado sea el nacimiento de la red social más grande del mundo, Facebook, que actualmente cuenta con 2,740 millones de usuarios activos. Es bien conocido que Mark Zuckerberg en un principio creó una web que servía para que los estudiantes de Harvard pudieran juzgar el atractivo de otros estudiantes y hacer rankings. El sitio se llamaba Facemash. Posteriormente nació Facebook, cuyo principal objetivo era conectar gente en todo el mundo. Hace un mes, Zuckerberg anunció el nuevo nombre del conglomerado que agrupa Facebook, Instagram, Whatsapp y Oculus, y que será Meta. “A partir de ahora, seremos primero en metaverso, no en Facebook. Eso significa que con el tiempo no se necesitará una cuenta de Facebook para utilizar nuestros otros servicios”, dijo el empresario al hacer la presentación.


Un cambio generacional


Apple es otro gigante tecnológico que tuvo un poco de serendipia en sus inicios. La firma de Cupertino, California, creada por Steve Jobs, inició como un proyecto para crear la primera computadora personal, una empresa que por sí sola era monumental. Todos sabemos cómo termina la historia de Jobs al frente de Apple. Pero quizá uno de los momentos de mayor impacto en la industria de la tecnología, y que nada tenía que ver con la concepción original de Apple, fue la creación del íPod. Este pequeño gadget, que revolucionó la manera en que escuchábamos y almacenábamos música, y de hecho toda la industria musical, vio la luz el 23 de octubre de 2001 con 5 GB de almacenamiento de música en un dispositivo blanco más pequeño que una mazo de barajas. Podía almacenar hasta mil canciones. Tiempo después vinieron más revoluciones, como la llegada del iPhone, un teléfono celular que vendría a cambiar el rumbo de nuestras vidas en cuanto a la comunicación se refiere.


En el artículo publicado por la BBC, “Cómo se crea ‘la suerte inteligente’ para sacarle el máximo provecho a lo inesperado”, Christian Busch, autor del libro The Serendipity Mindset: The Art & Science of Creating Good Luck ("La mentalidad de la serendipia: el arte y la ciencia de crear buena suerte"), considera que los grandes avances y oportunidades a menudo son una cuestión de serendipia: La buena suerte inesperada que resulta de momentos no planificados en los que las decisiones proactivas conducen a resultados positivos. Esta "suerte inteligente" es diferente de la suerte "ciega" que simplemente nos ocurre (como nacer en una familia amorosa). Es una fuerza oculta que nos rodea, desde los eventos más pequeños del día a día, hasta los avances que cambian la vida y, a veces, el mundo.


Serendipia, un resultado inesperado


Si un idea o emprendimiento no ha resultado ser lo que se esperaba, no hay que desesperar; constancia y determinación son factores que llevan al éxito, ciertamente, pero es posible que un día ese objetivo que se estaba pensando para tu idea resulte ser de utilidad para otro objetivo y será ahí cuando de verdad se saque el mayor potencial. No estamos diciendo que un proyecto dependa enteramente de la suerte, solo que es posible considerar que también juega un papel a la hora de desarrollarlo. Incluso un momento fortuito de lucidez mental podría servir para encontrar el camino que, sin buscarlo, se estaba destinado a seguir.


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